El pueblo de Santa Victoria Este, fue el epicentro de los festejos por el 25 de Mayo en Salta, ya que mediante un Decreto provincial Santa Victoria fue Capital de la provincia por un día.
La celebración de la fecha patria, coincidió con la realización del festival de la Cultura Nativa, organizada por la ONG del cantante Jorge Rojas, quién además desfiló a caballo junto al Gobernador Urtubey por la avenida principal del pueblo, cómo cierre del desfile cívico militar, que se trasladó hasta esos lugares recónditos de nuestra Salta profunda, tan linda y capaz de enamorar a cualquiera, pero tan pobre y tan desigual, que puede entristecer con la misma intensidad que con la que enamora.
No hay dudas que el Dpto Rivadavia lidera los lugares con mayor pobreza e indigencia en la provincia de Salta. Generaciones enteras que viven con todas sus necesidades básicas insatisfechas, sin agua potables, sin energía eléctrica, sin gas natural ni de garrafa, sin escolarización, sin atención a la salud, excluidos por el sistema y automarginados por la pobreza, desnutridos, deshidratados, con piojos, con parásitos, con hambre. Esa es la otra realidad de un pueblo, la que no aparecerá en ningún lado, la que no contarán los partes de prensa, los marginados que no participarán jamás de los desfiles y es tristemente la verdadera Santa Victoria.
Duele ver a funcionarios en los palcos, protegidos de cualquier percance, con sus trajes caros y zapatos bien lustrados, riendo para las fotos oficiales con la sonrisa del deber cumplido, como si en verdad hubiesen cumplido. Moisés Balderrama intendente por 12 años del pueblo, desfilaba como esperando los vítores y aplausos de su pueblo, el Senador Mashur Lapad, paseaba con sus fotógrafos y sus aduladores, con su perfume caro y esa obstentacion que resulta tan obscena, ante tanta miseria.
Es la miseria que duele al recorrer a pie, al hablar con sus gente, al escuchar sus historias tristes, de saber cómo el río que les daba el alimento un día se llevo todo y los corrió para siempre. Conocos a Mario, Pdte de «La Curvita Nueva», una comunidad arrasada por la furia del Pilcomayo, que los obligó a vagar por el monte y buscar un lugar donde empezar de nuevo. Hoy paradójicamente, esas familias vuelven a subsistir, gracias a la pesca en el Pilcomayo, subsisten por ese mismo río que para ellos representa tragedia y alimento al mismo tiempo.
La verdadera Santa Victoria no se ve desde los aviones o los helicópteros, tal vez por eso el Gobernador y sus funcionarios, no la conozcan y no hablen de eso, tal vez por eso ríen tanto en las fotos y visten tan elegantes, esa es la manera mas indulgente de justificar, como el lugar más pobre de Salta, puede ser ironizado como la Capital de la Provincia, aunque sea solo por un día.
Niños al costado de la ruta, descalzos, con hambre y carteles pidiendo comida o alguna ayuda, es una postal que se repite a lo largo de la ruta 54 camino a Santa Victoria, una imagen que estremece y nos obliga a replantearnos muchas cosas a nosotros mismos. Viajamos 170 kilómetros por diversión y aventuras, íbamos a disfrutar de un festival de música y Folcklore con amigos, pero volvimos con el corazón angustiado, con la mision de contar que en Santa Victoria, hay gente que sufre y el gobierno no las ve desde lo alto.
