Nuevamente la sesión del Concejo Deliberante se vió teñida en escandalo por las operaciones políticas, planteadas por el Concejal Urrubeysista Dody Arias, quién lejos de aceptar su fracaso al no ñoder lograr la presidencia del Concejo, utiliza argusias bochornosas, que ponen en el ojo de la tormenta a todo el cuerpo de Concejales.
Si bien los planteos políticos, eran de esperarse a tono con las elecciones Nacionales y las provinciales de Octubre y Noviembre, la emoción violenta de algunos precandidatos parece traicionarlos muy pronto, al punto de convertirlos casi en enemigos públicos, donde sin importarle la opinión de sus propios vecinos y potenciales votantes, brindan los espectáculos más bochornosos y repudiables que se pueda ver.
La cuestión de la elección de autoridades en el Concejo Deliberante, parece un tema agotado para toda la sociedad, que espera una muestra de madurez política y el normal funcionamiento de esa institución, que fue creada con el espíritu de representar a toda la comunidad y legislar con el fin de construir una ciudad mejor, resolviendo los problemas estructurales, más allá de los coyunturales.
Lo cierto es que la Sesión de ayer Martes nunca inicio, pese a que se interpreta que el oficialismo dejo sin Quórum el recinto en plena Sesión, cuando el edil Dody Arias pidió la palabra y presentó torpemente y ha destiempo, una moción de «Cuestión de Privilegios» para intentar una vez más, remover las autoridades del Concejo Deliberante. Pues tal como lo indica el Reglamento interno de ese Cuerpo, «las mociones In Voce deberán plantearse luego de iniciada la Sesion, para lo cual deberá darse lectura para conocimiento del temario del día y recién podrá un Concejal plantear la alteración del temario y presentar su moción, cual sea que desee y recien se considerará alterar el orden del dia «.
Por lo tanto la presentación apurada de Arias y la complicidad torpe del radicalismo, muestran total desconocimiento o simple voluntad de alterar el orden institucional, para que la sesión no se realise. Esto habría obligado a la bancada oficialista, a levantarse del recinto ante lo bochornoso de la situacion y el brutal atropello al reglamento interno y la Carta Orgánica Municipal.
En términos generales, esta situación los desgasta a todos por iguales, como si experimentarán, una especie de autoinmolacíon política, o el caos institucional, en donde el objetivo seria que la sociedad Tartagalense desconozca la representación de sus autoridades y se enoje con la política. Dividir para Reinar, una máxima muy de la Capital.
